El 27 de agosto se celebró una Oración por la Paz en la Casa de la Amistad en Blantyre, a la que asistieron representantes de las diversas confesiones religiosas presentes en Malawi.
El país se prepara para las elecciones generales del 16 de septiembre y, desgraciadamente, como ha ocurrido en el pasado, en los últimos meses han estallado enfrentamientos violentos entre partidarios de varios partidos políticos. Estas tensiones han provocado numerosos heridos y detenciones, especialmente entre los jóvenes, que a menudo son contratados para fomentar enfrentamientos por poco dinero.
La Comunidad de Sant'Egidio en Malawi, preocupada por la creciente violencia, reunió a malawianos de todos los ámbitos, líderes religiosos, líderes cívicos, estudiantes y sociedad civil para un momento de oración y reflexión sobre la importancia de salvaguardar el diálogo y lanzar un llamamiento a la paz en el país y en todo el mundo, también haciendo referencia a las guerras actuales, en particular la de Ucrania.
A la oración asistieron aproximadamente 400 personas, entre ellas muchos Jóvenes por la Paz y de la Universidad Catolica del Malawi, representantes de las comunidades católica, protestante, evangélica, hindú y musulmana. Juntos, reafirmaron que las diferencias —de fe, cultura u origen— no deben ser muros de división, sino puentes que hagan un Malaui más fuerte y más unido. En un momento crítico como el que está viviendo el país, todo el mundo está llamado a elegir el diálogo por encima del conflicto, la unidad por encima de la división, la paz por encima de la violencia.
Pemphero Nehiya, jefe de la Comunidad de Sant'Egidio, enfatizó que, aunque Malaui ha tenido la suerte de permanecer en gran parte pacífico en comparación con otras naciones, las tensiones políticas y los episodios de violencia recientes demuestran la necesidad urgente de cultivar una verdadera cultura de paz: "No a la guerra. No a la violencia. No a la violencia". "A medida que se acercan las elecciones, debemos proteger el mayor tesoro de Malaui: nuestra paz. No es simplemente la ausencia de guerra, sino el trabajo diario de diálogo, respeto y convivencia".
La ceremonia concluyó con la firma, por parte de los representantes religiosos y las autoridades civiles presentes, de un Llamamiento por la Paz, acompañada de un compromiso compartido por construir una red de diálogo y convivencia pacífica en el país en un futuro próximo.