El 2 de agosto de 1944, hace 81 años, era liquidado el “campo de gitanos” de Auschwitz-Birkenau (Zigeunerlager). En una sola noche más de 4000 personas, mayoritariamente mujeres y niños, fueron exterminadas en las cámaras de gas. Para recordar aquella tragedia, desde hace algunos años se celebra el Roma Genocide Remembrance Day, el día en recuerdo del genocidio de los gitanos durante la Segunda Guerra Mundial. En lengua romaní se denomina Porrajmós (devastación) o Samudaripé (exterminio), que provocó aproximadamente medio millón de víctimas de esta población.
Así recordaba Piero Terracina, superviviente de Auschwitz y testigo directo de la liquidación del Zigeunerlager, aquella noche:
"Yo estaba encerrado, era de noche y había toque de queda, pero lo oí todo. En plena noche oímos gritar en alemán, oímos los ladridos de los perros, dieron la orden de abrir las barracas del campo de gitanos, y entonces empezaron los gritos, el llanto y algunos disparos. De repente, tras más de dos horas, todo quedó en silencio y desde nuestras ventanas, al cabo de poco, vimos el resplandor de las llamas altísimas del crematorio. Por la mañana, lo primero que se me pasó por la cabeza fue mirar hacia el Zigeunerlager, que estaba totalmente vacío, solo había silencio, y las ventanas de las barracas que golpeteaban".
Y Ceija Stojka, gitana austriaca deportada a Auschwitz con ocho años, escribió:
“Cuando nací, en Austria, mi familia estaba formada por más de 200 persones. Solo seis sobrevivimos a la guerra y al exterminio. Yo era una niña, y tuve que ver morir a otros niños, a ancianos, a mujeres y a hombres. En el campo vivía entre los muertos y los que casi estaban muertos. Y me preguntaba: ¿por qué? ¿Qué hemos hecho? Todavía oigo los gritos de las SS, veo a las mujeres rubias, las Aufseherinnen (las guardias) con sus enormes perros que nos pisaban. Siento el olor de los cuerpos quemados. ¿Cómo puedo vivir con estos recuerdos? ¿Cómo puedo olvidar lo que vivimos? ¡No se puede olvidar! ¡Y Europa no debe olvidarlo!”.
El recuerdo del Porrajmos es una ocasión para reflexionar sobre el mal que generan las ideologías racistas, que alimentan la discriminación y la aniquilación en los campos de concentración y exterminio. Es la historia de una persecución secular contra la minoría de Europa más numerosa. Una herida aún abierta del continente, que hace pensar sobre cuántas palabras y actitudes violentas quedan todavía hacia el pueblo gitano y sobre lo lejos que está todavía una plena integración escolar, sanitaria y habitativa de una comunidad formada en gran parte por menores.
La Comunidad de Sant’Egidio, que hace años que está al lado de los gitanos, estrecha su amistad con esta minoría e invita a todo el mundo a recordar su historia, marcada por el desprecio y las persecuciones, para que nadie más quede marginado de la historia y de la sociedad.